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Familia de Emprendedores
Practicando la apicultura
En su microempresa apícola, después de llevar a cabo el cuidado de las colmenas durante todo el año y cosechar los panales, aún le quedará un arduo proceso para poder extraer la miel y dejarla lista para la comercialización.
Algo de Historia
Rumiñahui Santillán y su familia se dedican a la apicultura como una actividad emprendedora, es su microempresa. Desde hace muchos años la microempresa les ha servido como sustento para salir adelante con los gastos del hogar.
Desde que tenía corta edad aprendió esta actividad de su padre, quien le enseñó los pormenores de la crianza de abejas y el proceso de elaboración de la miel de abeja, que se comercializa en la comunidad de Agato y en la ciudad de Otavalo.
Temporada en 3 meses
A unos 10 minutos de la comunidad se encuentra una propiedad de esta familia emprendedora, su microempresa. En ella está situado un apiario con 14 colmenas en producción.
Durante 3 meses al año son catadas. A veces la cantidad cosechada del año varía según el clima y la floración. Sin embargo, los meses de noviembre, diciembre y enero, son la época de la gran cosecha y producción.
La apicultura es un medio útil para fortalecer los sistemas de vida y desarrollo, porque usa y produce una serie de bienes.
Para este emprendedor, realizar esta actividad le ha permitido generar recursos económicos. Éstos los ha invertido en otros proyectos dentro de la comunidad.
Aunque el capital financiero no sea fundamental para echar a andar una actividad apícola competitiva. Ésta será satisfactoria si logra reunir categorías naturales, humanas, materiales, sociales y económicas, para fomentar el turismo comunitario en la zona.
Pakarinka Santillán comenta que este producto, listo para la comercialización, tiene el nombre de Pakarinka, palabra quichua que significa ‘amaneciendo’.
“Para nosotros tiene un significado especial porque es un espacio donde se revitaliza la cultura. También se retoma de una forma más amigable el contacto con la naturaleza. En esta ocasión respetando la vida de las abejas y recibiendo a cambio una miel que tiene muchos beneficios”, afirma el comunero.
Recolección de la miel
Con la ayuda de su hijo pequeño, uno de los componentes de su microempresa apícola, el emprendedor y cabeza de familia, se prepara para ingresar en el colmenar. Enciende el generador de humo, después de cubrirse las cabezas y se dirigen a los panales.
En el colmenar proceden a ahuyentar a las abejas con el humo para luego extraer los panales llenos de miel. Desde el apiario los transportará hasta su vivienda, en donde usará un cuchillo ancho, mejor si es un cuchillo desoperculador preparado para realizar esta operación, para quitar los opérculos o sellos de cera que tapan la miel contenida en las celdas.
Frenética Noria
Seguidamente colocará el panal desoperculado y con la brillante miel rebosando las celdas en el interior del extractor o máquina centrifugadora. Dentro de ella se le someterá a un frenético movimiento giratorio, similar al de una batidora, que por la acción de la fuerza centrífuga, extraerá y despedirá las gotas de miel de cada una de las celdas para que acaben golpeando contra la pared de acero inoxidable del extractor. Tras resbalar por la pared, en un descenso que puede durar varias horas dependiendo de la densidad y el contenido de agua de la miel, caerá a un balde cubierto por un cernidor o colador que capturará las impurezas y dejará la miel lista para consumir.
Finalmente, y antes de proceder a su venta, se procederá al embotado y posterior etiquetado.
Beneficios de la miel
Entre los múltiples beneficios la miel de abeja uno de ellos es que regula el nivel de azúcar en la sangre; el consumo de esta miel natural reduce el estrés metabólico; también promueve la recuperación del sueño; este producto además sirve como tratamiento para el estreñimiento; mejora la función cerebral, el acné y otros problemas cutáneos; minimiza las alergias, heridas, quemaduras y úlceras; y es un estimulante del sistema inmunológico. (PMHR)