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Formación y Propagación
Grupos de Abejas
Los grupos de abejas pegados en el exterior de las colmenas se conocen como enjambres. Estos enjambres son en realidad una forma de propagación natural, ya que los grupos de abejas se pegan juntos para formar un enjambre y luego se despegan para buscar un nuevo lugar para crear una nueva colonia. Estos enjambres son una forma de asegurar la supervivencia de la especie, ya que la creación de nuevas colonias asegura la expansión de la especie y el aumento de la cantidad de individuos.
¿Cuándo perciben que deben de buscar otro abrigo?
Las abejas en sus enjambres toman la decisión de quedarse o de partir de la colmena de forma colectiva. La abeja reina es la única abeja que decide el lugar dónde se asentarán, pero el resto de las abejas trabajan juntas para evaluar y decidir si deben quedarse en la colmena o partir en busca de un nuevo lugar. Esta decisión se toma generalmente basándose en la cantidad de recursos disponibles en la zona, como el alimento, agua y abrigo. Si no hay suficientes recursos, la abeja reina y el resto de las abejas buscarán otro lugar para establecerse.
Jabardos
Los jabardos, enjambres secundarios más pequeños, son más frecuentes a medida que avanza la primavera, sobre todo si el campo está fuerte y ofrece mucho alimento. También hay colmenas cuya genética es más propensa a la enjambrazón y, por tanto, a la formación de enjambres o jabardos. Y, a menudo, son consecuencia de malos manejos.
Por eso, todo apicultor debe saber identificar un jabardo y debe saber qué puede hacer con él, y qué conviene en cada momento.
1 – Qué son y cómo se producen los jabardos
– ¿Qué son?
Para entender qué son los jabardos, primero hay que recordar qué es un enjambre. De forma natural, las colmenas enjambran cuando se dan varias circunstancias: un campo en plenitud, mucha cría, falta de espacio interior, aumento de la temperatura y, generalmente, una reina dos años o más. En esas condiciones, el clima interior de la colmena se vuelve difícil de soportar y las abejas entienden que es necesario dividir la familia y que una parte busque una nueva casa.
En ese momento, se desarrollan varias reinas jóvenes a partir de las mejores larvas de menos de tres días de edad. Las obreras levantan realeras de enjambrazón, que son de gran calidad. Lo normal es que produzcan varias reinas jóvenes, incluso decenas.
Unos días antes de que nazca la primera princesa, se produce la enjambrazón. En un día cálido y tranquilo, entre la mitad y dos tercios de la colonia abandona la colmena con la reina vieja. Es lo que se denomina enjambre primario.
Y, a partir de ese momento, los acontecimientos pueden llevar a que se produzca un enjambre secundario, o jabardo. Incluso podría haber más jabardos, que se denominan enjambres terciarios.
– ¿Cómo se producen?
Lo normal es que, tras salir el enjambre primario, nazca una reina virgen que, rápidamente, se deshaga de sus hermanas de camada destruyendo sus celdas todavía operculadas. También puede suceder que nazcan dos reinas a la vez, lo que desembocará en una lucha entre ellas y la más fuerte se hará con la colonia, eliminando a las que todavía están en las celdas. A partir de ahí, esa reina inicia su proceso normal de fecundación y desarrollará la colonia que ha heredado.
Sin embargo, esto no siempre sucede así. En función de cómo esté el campo y de las condiciones de comodidad dentro de la colmena, las abejas pueden impedir que la reina mate a sus hermanas, que acabarán naciendo.
Hay varias razones para esto, que se pueden dar de forma separada o todas a la vez:
- Las obreras no confían en la calidad de la primera princesa nacida y evitan que mate a las otras.
- La colmena sigue muy llena y el calor y la incomodidad no han disminuido con la salida del enjambre primario.
- El campo ofrece tanto alimento y la colmena está tan llena que las obreras sienten que no se apaga el impulso de enjambrar. Es lo que muchos apicultores llaman “calentón de la colmena”.
Sea por uno de estos motivos, o por todos, las obreras permiten que nazcan otras princesas y no dejan que la primera de ellas mate a sus hermanas. Al contrario, las mantienen custodiadas o “secuestradas” en sus realeras, donde las alimentan, pero sin dejar que salgan. Los apicultores experimentados son capaces de detectar el canto de esas reinas prisioneras.
En esas condiciones, las obreras inducen a la reina nacida a salir con un nuevo enjambre, el enjambre secundario o jabardo.
Este nuevo enjambre será mucho más pequeño que el primero y abandonará la colmena unos diez días después de la salida del primario. La composición de los jabardos es la siguiente:
- La reina virgen que nació en primer lugar.
- Una o más reinas vírgenes de las que han estado secuestradas.
- Algunos miles de obreras. (Un jabardo es más pequeño que el enjambre primario y puede contener entre 1.000 y 5.000 abejas, aunque en algunos casos puede tener hasta 10.000 abejas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cantidad de abejas en un jabardo puede cambiar rápidamente a medida que las abejas se mueven dentro y fuera de la colmena y se unen o se separan de otras colonias)
- Algunas decenas de zánganos.
Cuando sale, el jabardo suele volar más lejos que un enjambre primario. Recorre más metros y se posa en un lugar en el que no pasa demasiado tiempo: si el apicultor no captura el jabardo rápido, es posible que desaparezca para siempre.
Además, son colonias muy inestables, porque dependen de una reina virgen. No es raro que, una vez capturados y colocados en una colmena, vuelvan a escaparse.
Mientras el jabardo inicia su vida independiente, la colonia sigue el curso de la naturaleza. Si las obreras ya se han calmado y se les ha pasado “la fiebre de la enjambrazón”, permitirán que una de las reinas vírgenes que han quedado en la colmena mate a las demás y se fecunde.
En cambio, si consideran que es necesario mantener el proceso en marcha, dejarán que otra de esas reinas lidere un nuevo jabardo, que se denominará enjambre terciario (o cuaternario). También se le llaman jabardillos.
Estos enjambres sucesivos son mucho más pequeños. A veces son solo un puñado de obreras alrededor de una reina virgen. Sin embargo, tienen potencial.
Esta sucesión de enjambres no es positiva. Debilita a la colmena madre, que tarda mucho en reanudar su ritmo normal, pierde gran cantidad de población y ve completamente alterada su actividad. A veces pasan varias semanas entre la salida de la primera reina y la fecundación de una princesa que asuma la colonia, lo que puede suponer la pérdida de la cosecha por los retrasos que acumulará la familia. Por tanto, es necesario evitar tanto la enjambrazón principal como la marcha de jabardos.
2 – ¿Cómo se manejan las colmenas para evitar los jabardos?
Para impedir que se produzcan jabardos, lo mejor es evitar también que salgan enjambres. Una colmena que no enjambra es una colonia volcada en producir y aumentar sus reservas, justo lo que el apicultor necesita.
En todo caso, a veces es inevitable la partida de un enjambre. Y los apicultores no siempre lo detectan, porque no encuentran el enjambre y, aunque lo hagan, no siempre es fácil saber de qué colmena ha partido.
Una forma interesante de averiguarlo es utilizar básculas de monitorización, que avisan de la salida de los enjambres. También se pueden observar síntomas: las colmenas que están a punto de enjambrar suelen tener muchas obreras ociosas en la piquera y alrededores, incluso apiñadas en forma de “barba”. Si una colmena tiene “barba” y de pronto ya no la tiene, lo más probable es que esa colmena haya enjambrado.
Entonces toca evitar la salida de jabardos. La forma más sencilla es destruir todas las celdas reales restantes, excepto una. De esa forma, las obreras ya estarán obligadas a aceptar esa nueva reina y apagarán su instinto enjambrador.
Además, es necesario ampliar el espacio de la colmena para evitar que el proceso se repita en una semanas. No es aconsejable hacer núcleos o partir esa colmena que ha enjambrado, porque se debilitará mucho más, así que la forma de darle espacio es añadir alzas.
Así, sin posibles princesas alternativas y con espacio para expandirse y trabajar, la colonia se centra de nuevo en la producción y el peligro de los jabardos quedará conjurado.
Jabardos de núcleos
Otra posibilidad de que se produzcan jabardos tiene que ver con el manejo de los núcleos. Si están demasiado poblados y nace una reina dejando otras en celdas reales, puede producirse un jabardo.
Esta situación es desafortunada, porque el jabardo será muy pequeño y poco viable y el núcleo se debilitará mucho.
Los jabardos de núcleos se dan más cuando se trabaja con el método del núcleo ciego, porque se levantan varias realeras. Si se trabaja con otros métodos de hacer núcleos que no incluyan el desarrollo de realeras, esta posibilidad casi se descarta.
3 – Cómo aprovechar los jabardos en la apicultura
Si, a pesar de todos los esfuerzos, los jabardos logran salir, el apicultor debe decidir qué hacer con ellos. Hay varias posibilidades:
- Devolver el jabardo a la colmena. La primera opción interesante es devolver ese pequeño enjambre a la colmena de la que ha salido. Lógicamente, es necesario saber de cuál ha partido. Si se averigua, se pueden introducir de vuelta las abejas obligándolas a pasar por un excluidor de reinas para retener la reina o reinas vírgenes. Una vez aisladas, esas reinas pueden ser introducidas en núcleos o colmenas en las que se quiera cambiar de reina. Aunque, es importante tener en cuenta que esas reinas transmitirán la tendencia a la enjambrazón, con lo que puede que no sean idóneas para hacerse cargo de núcleos o colmenas.
- Establecerlo como nueva colonia. Se captura el enjambre secundario y se introduce en una colmena o, al ser pequeño, en un portanúcleos y se deja que se desarrolle. Al tener reina virgen, debe empezar por fecundarse, con lo que la primera puesta se retrasará todavía unos días. El tiempo apremia y llega a ser crítico para una colonia tan pequeña. Conviene apoyarla añadiendo alimento de estimulación en cuanto la reina empiece a poner. También se le puede aportar un panal de miel y/o polen e, incluso, un cuadro de cría cerrada para que nazca rápidamente una nueva hornada de abejas.
- Juntar dos o más jabardos. Al reunir dos jabardos, se logra un enjambre algo más potente y con más posibilidades de superar la temporada. Es aconsejable eliminar las reinas vírgenes que puedan llevar, excepto una. Después, se acomoda en una colmena o portanúcleo y se opera como en el punto anterior.
- Reunir un jabardo con un núcleo débil. Los jabardos son muy interesantes para reforzar núcleos de poco desarrollo. Cuando un núcleo es débil suele ser porque su reina no tiene mucha calidad. Se puede eliminar esa primera reina y reunir el núcleo con el jabardo, que aportará reinas jóvenes y fuertes, acelerando el desarrollo.
- Reunir un jabardo con una colmena débil o zanganera. La misma lógica se puede utilizar para reemplazar la reina de una colmena débil y reforzarla, o para corregir una colmena que se ha vuelto zanganera. En este caso, se sacuden al aire todas las abejas de la zanganera para que la obrera ponedora quede fuera. Después, se introduce el jabardo y se deja que las abejas de la colmena zanganera se unan a las del enjambre secundario que se le ha sumado.
De estas formas, se puede sacar partido de un jabardo, un inconveniente que, bien manejado, puede ser menos grave e, incluso, convertirse en una solución para otro problema. Y tú. ¿Cómo manejas tus jabardos? Cuéntanoslo en los comentarios.
Expedición de Repoblación
Aunque la salida de la expedición de repoblación se inicia cuando alguna abeja obrera o exploradora sale a buscar algún lugar para asentarse y formar una nueva colmena, será la abeja reina la que, después de recibir la información del nuevo lugar, dará la señal para que el enjambre salga de viaje.
La abeja reina es la única abeja que decide dónde se establecerán, previamente una o más abejas obreras o exploradoras saldrán a buscar un nuevo lugar para establecerse. Estas abejas examinan los alrededores, buscando recursos, como alimento, agua y abrigo. Si encuentran un lugar adecuado, regresan a la colmena y comunican la ubicación a la abeja reina. La abeja reina entonces dará la señal para que el enjambre parta y se dirija al nuevo lugar.
La señal de la Reina
Los enjambres se forman generalmente cuando la colmena se vuelve demasiado pequeña para albergar a la colonia. Esta situación se da cuando la población de abejas supera la capacidad de la colmena. Cuando esto sucede, la abeja reina emite una señal para que el enjambre salga en busca de un nuevo lugar para establecerse. Esta señal se conoce como la señal de la reina.
La abeja reina da la señal de salida emitiendo un rastro químico específico. Esta señal o marca química es una mezcla de feromonas que afecta a los receptores químicos en el cerebro de las abejas, lo que les indica que deben partir en busca de un nuevo lugar para establecerse. Esta señal es transmitida por la abeja reina, que la emite cuando se vuelve consciente de que la colmena ya no es capaz de albergar a todos los miembros de la colonia.
Condiciones climatológicas
El tiempo y el clima tienen un papel importante en la decisión de las abejas de salir o permanecer en la colmena. Las abejas no salen si el clima es demasiado frío o si hay una cantidad excesiva de precipitación. Por lo tanto, el tiempo y el clima sí afectan a la decisión de salir de la colmena.
Así, por ejemplo, es posible que salgan de la colmena con lluvia moderada pues el rápido movimiento de sus alas será suficiente para expulsar y secar la humedad y no comprometer su estabilidad en el aire. En cambio, si la lluvia es demasiado intensa, con pesadas gotas de agua golpeando sus cuerpecillos, la abeja reina no dará la señal y el enjambre no partirá a realizar nuevas tareas. Por lo tanto, si la lluvia es moderada, el enjambre puede salir y buscar un nuevo lugar para establecerse.
Hasta una nueva Entrada
¡Salud y Suerte!