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Abejas en estado de enjambrazón.
La prevención de la barba es necesaria.
Cuando se producen y existen situaciones de tumulto, como la formación de la barba, en nuestras colmenas, protagonizadas por nuestras socias las abejas, debemos reducir y calmar este estado anormal de enjambrazón.
Es en estos casos no demasiado frecuentes y, en todo caso, circunscritos a ciertos momentos o épocas de la temporada, es necesaria una cierta prevención para evitar que los nuevos enjambres formados emigren y se produzcan escapes o pérdidas de enjambres mientras están buscando un alojamiento dónde instalar su nueva vivienda.
Se trata pues de una situación excepcional que es originada por un aumento exagerado de la población de nuestra colmena.
Este aumento provoca que la capacidad de la colmena se vea comprometida y sea necesario buscar una forma de colocarse en la caja que permita protegerse y aguardar a un momento mejor para buscar una nueva ubicación en dónde crear una nueva colonia.
Es en estos momentos cuando se produce este curioso hecho que puede extrañar y alarmar a propios y extraños.
Diremos que estamos ante la formación de una barba.
Evitar picaduras
Para realizar cualquier operación hay que enfrentar el momento con actitud y aptitud apícola. No sólo hay que evitar las picaduras de las abejas, sino también evitar que éstas se irriten. Cuando se hayan furiosas y se encuentran irritadas pueden picar a cualquiera. Pudiendo incluso llegar a producir la muerte de personas o animales.
Con el fin de evitar cualquier accidente en el manejo de nuestras colmenas, no me cansaré de repetir, es indispensable y obligatorio, por lógica y precaución, el uso en todo momento en que estemos en el interior o las proximidades de nuestro apiario, vestir con la adecuada vestimenta de apicultor.
Hasta la enjambrazón
Una precaución que hay que tomar siempre que visitemos una colmena es colocar a las abejas en un estado de enjambrazón en que no quieran picar; se puede alcanzar ese estado, en el cuál comienzan a batir las alas mientras se escucha un zumbido muy fuerte, utilizando el ahumador para impulsar una o dos bocanadas de humo sobre ellas.
Casi automáticamente se detendrá y apagará toda su agresividad y, apoyadas sobre sus patas delanteras, comenzarán a batir sus alas, frenéticas, para apagar el fuego que el humo les ha venido anunciando.
Es el llamado estado de enjambrazón.
Equilibristas
Algunas veces vemos en la entrada de una colmena, en los momentos de más calor, que una masa de abejas rebosa fuera de la colmena, fuera de la caja; las obreras unidas unas a otras por las patas cuelgan por grupos, a modo de enjambres, por delante de la entrada y a veces debajo de la colmena. Se forma entonces lo que se llama, teniendo en cuenta su aspecto, la barba.
Este hecho ocurre cuando las abejas no tienen suficiente sitio en el interior de la colmena o cuando necesitan apartarse unas de otras porque hace demasiado calor.
Como la población de la colmena no puede aumentar de volumen dentro de la caja, está obligada a salir al exterior.
Las colmenas que hacen barba (racimo frente a la entrada) van a enjambrar o les falta aire. Esta reacción de asfixia no debería producirse jamás. Para evitar este problema se debe agrandar el tamaño de la piquera, provisionalmente, levantando el cuerpo y deslizando un calzo (una piedra) entre el cuerpo y el basamento fijo.
En el mediodía, a pleno sol y orientados hacia el sur, las abejas no hacen la barba cuando la piquera ocupa toda la delantera de la colmena con una altura de 1’5 a 2 cm. En el litoral, un enrejado de amplias mallas puede evitar el paso de las cetonias y las esfinges.