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Almendra de California

Una industria atractiva

La industria de las almendras de California atrae el interés de los apicultores de todo el país. La apicultura americana en California necesita y demanda plantaciones. Cultivos o huertos, instalaciones de almendras.

La necesidad de abejas es tan grande que muchos apicultores en Florida están incumpliendo sus contratos con los productores locales de sandías. Han descubierto que es mucho más rentable llevar sus colmenas de abejas hasta California, en la costa oeste. Dónde arriendan sus colmenas a los cultivadores californianos.

Estos productores, junto con su paradisíaco clima, son los precursores y generadores de la industria de la almendra de California. Una industria que atrae.

Las almendras se encontraron por primera vez a gran distancia del soleado paisaje Californiano. Las primeras fueron encontradas en China y Asia central, de dónde son originarias.

Un poco de Historia

Los Padres Franciscanos introdujeron la almendra en California a mediados del siglo XVIII. Lamentablemente sus esfuerzos no tuvieron éxito. No sería hasta principios del siglo XX cuando los amantes de la almendra se dieron cuenta que el Valle Central de California reunía condiciones de crecimiento perfectas para el cultivo de almendros genéticamente mejorados.

Sobre el terreno

Unos 6000 cultivadores se reparten los cerca de 500.000 acres (2.023,428 km²) de California que se dedican al cultivo de almendras.

Hoy por hoy, el único lugar en América del Norte donde las almendras se cultivan con éxito para uso comercial es California, cuyo benigno clima llena de éxitos a los empresarios de las almendras.

Preferencias Climáticas

Los almendros tienen preferencias climáticas por los veranos calurosos y los inviernos fríos. En primavera no les gustan las temperaturas bajo cero ya que queman los incipientes brotes. Debido a que los almendros no se autopolinizan, requieren la participación de insectos polinizadores para producir almendras y no existe mejor polinizador que las abejas.

Cada febrero, cuando, tímidamente, apunta la primavera, los almendros empiezan a florecer y los apicultores colocan sus colmenas en el huerto para que los cultivadores puedan disfrutar de una cosecha harto más lucrativa. Esta incapacidad de autopolinizarse, obliga a los productores de almendra a plantar diferentes variedades de almendros.

Las almendras se cosechan cuando la división en la cáscara se ensancha lo suficiente como para que la tuerca se seque. Esto suele suceder entre mediados de agosto y principios de octubre. Cuando el casco está completamente abierto, comienza la cosecha de la almendra.

Cuando llega el momento de la cosecha de las almendras, los agricultores o propietarios de huertos hacen una exhaustiva limpieza y los barren para que estén completamente libres de restos de cortezas, maderas y otros escombros. Una vez limpios traen las maquinas para agitar y sacudir suavemente los árboles.

Las almendras caen de los árboles y se mantendrán en el suelo hasta que estén completamente secas, momento en el que se barren en filas para que las recoja una máquina y las deposite en la descortezadora.

Física y Química

Si nos fijamos en los tantos por ciento de su composición química comprobaremos su gran valor nutricional. Hacen que este fruto brille especialmente si nos atenemos a los valores relativos a vitaminas, minerales y propiedades saludables para el organismo. Tiene suficientes cualidades a favor para ser una bomba nutricional, y como de tal palo tal astilla, la miel resultante no será menos.

Una porción de almendras, equivalente a una onza o 28,35 gr., solo contiene siete gramos de grasa y no aporta sodio ni colesterol. Además, por si esto fuera poco, son una excelente fuente para obtener magnesio y vitamina E. Las almendras también son una fuente de riboflavina, fósforo y cobre.