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Despoblamiento de colmenas
Abandono de colmenas
¿Y tú me preguntas que dónde están las abejas?
Eso quisiera saber yo, por dios, dónde están las abejas, porque a cuenta de esta desaparición de abejas. Temporadas sin salvar un enjambre en mis colmenas.
De hecho no es posible hacer la división y formar un nuevo núcleo que me permita la formación de una nueva colmena.
De esta forma el número de colmenas en mi apiario va disminuyendo año tras año, mes tras mes.
Aún recuerdo cuando empezamos Angelito y yo, en el año 2000, y con toda la ilusión compramos todos los suplementos, colmenas, herramientas, etc., y hasta 6 enjambres que transportamos desde el Ferial de Reinosa hasta el pueblo de Ruijas para instalarlas en su nuevo asentamiento.
La finca Los Castaños donde se instalarían pertenecía a su familia.
Cercamos el terreno y lo adecentamos perfectamente para que no hubiesen problemas con otros ganaderos.
Las colmenas fueron instaladas en sus lugares esperando a recibir los núcleos con su enjambre.
El primer año las condiciones climáticas no fueron las mejores y la producción de miel no fue la esperada, posiblemente nuestra falta de pericia influiría en los kilos de miel cosechados. Aún así la cosecha fue lo suficientemente importante, unos 20 kilos/colmena, como para que mantuviéramos la ilusión.
Desaparición de abejas
Al año siguiente las colmenas parecían que no tenían abejas, entraba una abeja, salía otra al cabo de un rato, y no se veía ningún tipo de movimiento que denotara que existía una población importante.
Pero la cosa no iba bien.
La desaparición de abejas ya se estaba produciendo.
Aún así parece que todas las abejas se están alimentando bien en sus panales, panales que he dejado con una buena provisión de la miel para que no les falte, no sea que algún «inteligente» se atreva a soltar su máxima: ¡¿y qué esperabas?, si no has dejado miel, se habrán muerto de hambre!
Pero no, no es así .
Los primeros años eso era lo que pensábamos todos los apicultores de la asociación de apicultores de Campóo (APICAM).
Unos decían que la mortalidad invernal era causada por la falta de alimento, otros que la causa era la dura invernada, y los demás que el motivo podía ser alguna enfermedad. Pero nada de eso.
Nadie sabe cuál es la causa de la desaparición de abejas, del síndrome de despoblamiento de la colmena, también llamado síndrome del colapso de las colonias (CCD por sus siglas en inglés, Colony Collapse Disorder) abreviado.
Yo sé dónde están, ya las veo, muertas.
Están en las piqueras de las colmenas, están tiradas en el recibidor de su casa, en el jardín delantero de su casa, de su colmena. Las hay por cientos, por miles. Y eso solo en mis colmenas. Cuantas almas naturales serán en España, cuantas en Europa, cuantas en todo el mundo…
Y detrás de ellas, las incontables casi infinitas abejas, iremos nosotros, los finitos, 10000, 20000, 30000, millones de almas, buenas la mayoría.
Entre ellas se disimulan unos cuantos cientos de miles almas impuras, llenas de estupidez, llenas de maldad, llenas de corrupción y llenas de humo. Porque eso son y en eso se quedarán, humo negro como el humo del carbón.
Ni los científicos de Marchamalo en Guadalajara saben cual es la causa de esa masiva desaparición en cualquier zona del planeta.
Amigos míos, nos quedamos sin miel, y lo peor de este hecho es que también nos quedaremos sin flora, sin fauna y sin nada de nada, finalmente la desaparición de abejas nos afectará hasta nosotros, ¡eso es seguro!
Amigos míos, nos quedamos sin miel, y lo peor de este hecho es que también nos quedaremos sin flora, sin fauna y sin nada de nada.
Y todo por lo de siempre, por la avaricia de unos cuantos avaros sin escrúpulos que se la ha traído al pairo acabar con la biodiversidad del planeta con tal de llenar sus bolsillos.
¡Malditos roedores estos capitalistas!, como diría el
gato Jinns.
Pero a la conclusión a la que llego es que si lo han hecho así es por algo, de suyo es que su intención es que nadie tenga arrestos para sacarles de la tumba donde les van a meter el día que se mueran. Se pudrirán de dinero y por el dinero, pero con dinero.
Nosotros, los de siempre, los que siempre hemos creído y creeremos en la buena intención humana, cualquiera que sea el intencionado, acabaremos muertos de asco, igualito que ellos, pero sin dinero.
Y lo que digo yo es que creo que es mejor ser buena persona y vivir la vida tranquilo, porque vivir podrido de dinero y no saber quién te sacará la navaja no es bueno ni de recibo.
Paremos las máquinas del crecimiento sin medida. Pensemos, antes de buscar sin conocimiento, de lo que queremos y a dónde queremos llegar. Porque a dónde nos precipitamos, a dónde queremos llegar y lo que pretendemos conseguir, por los derroteros actuales, nos llevará a la autodestrucción.
¡Salud y Suerte!