Para empezar, se van a enunciar las principales ventajas y desventajas que presenta la agricultura industrial, que serán comparadas con las ventajas e inconvenientes de la agricultura ecológica, para que el lector pueda decantarse entre un consumo u otro en función de sus preferencias.
Efectos de la agricultura industrial y ecológica en las abejas
La agricultura industrial destaca por su alta productividad, porque los productos fitosanitarios industriales son muy eficaces y permiten eliminar en la mayoría de los casos los efectos adversos de las plagas. Además, este tipo de productos son más baratos y más fáciles de encontrar, y existe una mayor libertad para la compra de este tipo de productos.
Sin embargo, la gran productividad y eficacia que supone este tipo de productos se ve contrarrestada por los efectos perjudiciales que generan tanto para las personas como para el medioambiente.
De ello se deriva que el uso excesivo de este tipo de productos puede llegar a ser nocivo tanto para el medioambiente como para el ser humano, estando, además, directamente relacionado con el incremento de la mortandad de las abejas en los últimos años, alertando del daño que provoca su uso.
Los problemas de la desaparición de las abejas deben ser conocidos ya por todos los lectores, pero debido a la gran trascendencia que conlleva este problema, hemos visto necesarios citar el más trascendental; el problema de la desaparición de las abejas tiene repercusiones para la vida humana, pues la polinización de las flores es vital para nuestra alimentación y para la biodiversidad, hasta el punto de hacer imposible la vida humana sin la existencia de las abejas. En el lado opuesto, destacando la principal ventaja de la agricultura ecológica, es que no se trata de un tipo de agricultura perjudicial ni para el medioambiente ni para el ser humano. Todo lo contrario, hay que destacar que incluir panales de abejas en plantaciones ecológicas aumenta la productividad de los productos y a la vez garantiza el cuidado y vida saludable de las abejas.
No obstante, la agricultura ecológica también presenta desventajas, ya que el elevado precio de sus productos ecológicos diferencia bien su mercado. Pero hay que matizar que estos elevados precios tienes una explicación, ya que los pesticidas ecológicas respetan el ciclo normal de la planta. Como consecuencia, los procesos para la consecución de productos ecológicos son más complejos y duraderos que los procesos para la consecución de productos industriales.
Esta diferencia de precios supone una desventaja para su consumo, puesto que los consumidores apostarán por el consumo de productos más baratos. Lamentablemente, la mayor productividad para el agricultor y los menores precios para el consumidor que suponen la agricultura industrial frente a la ecológica, provocan que la agricultura industrial sea la predominante en España, suponiendo la agricultura ecológica una pequeña competencia a la agricultura industrial.
Para cambiar esta tendencia, es necesario el compromiso social y la concienciación social de todos los ciudadanos para apostar por el consumo de productos ecológicos, aceptando pagar un precio superior por las externalidades positivas que su consumo genera, como son: el consumo de productos de mayor calidad y más saludables para el ser humano, además, el desarrollo de prácticas de agricultura ecológica favorece al equilibrio ecológico, al mantenimiento de la biodiversidad y al cuidado del medioambiente. Si ello se consigue los agricultores adaptarán sus técnicas de cultivo para hacer frente al aumento de esta demanda.
Como ejemplo de actividad que persigue este tipo de compromiso social, citaremos el programa de apicultura terapéutica-ecológica que se practica en el CR La Villa, con el que se logra conseguir la concienciación sobre la importancia que tienen la práctica de actividades ecológicas y las abejas, y la importancia que ambas tienen para el cuidado y el respeto del medio ambiente y de la biodiversidad. Actividades con dichos fines deberían de ser practicadas en los centros educativos, para conseguir este compromiso social desde una edad temprana.
Para concluir diremos que está en nuestras manos el cambio, es necesario reflexionar sobre los beneficios que queremos elegir, recapacitar sobre si buscamos beneficios económicos y perjudiciales o beneficios medioambientales y favorables. Por el momento, hasta llegar a que la agricultura industrial suponga una pequeña competencia para la agricultura ecológica, los agricultores deberían de perseguir un equilibrio que favorezca tanto a la actividad económica como al ecosistema en el que se desarrolla.