Decisión
Los 28 países miembros de la UE han decidido esta mañana
prohibir totalmente el uso al aire libre de tres insecticidas neonicotinoides muy utilizados en todo el mundo en cultivos de maíz, colza, algodón y girasol.
En febrero, los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
ya dictaminaron que los tres pesticidas —imidacloprid y clotianidina, de Bayer, y tiametoxam, de Syngenta— “en general” representan “un riesgo para las abejas silvestres y las abejas melíferas”.
Los neonicotinoides son insecticidas sistémicos, que son absorbidos por las plantas y están presentes en su polen y su néctar. Multitud de estudios científicos han vinculado estos pesticidas con
un declive de las poblaciones de abejas, junto a multitud de otros factores, como la destrucción de su hábitat, el cambio climático, el ácaro Varroa que chupa sus líquidos internos y el parásito Nosema apis que ataca su aparato digestivo.
ESPAÑA, A FAVOR; DINAMARCA, EN CONTRA
16 de los 28 países miembros de la UE han votado esta mañana a favor de la prohibición completa al aire libre de los tres insecticidas neonicotinoides, según fuentes europeas: España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Suecia, Austria, Países Bajos, Portugal, Grecia, Irlanda, Eslovenia, Malta, Estonia, Chipre y Luxemburgo. Cuatro países han votado en contra: Dinamarca, Rumanía, la República Checa y Hungría. El resto —Finlandia, Bélgica, Polonia, Eslovaquia, Croacia, Bulgaria, Letonia y Lituania— se han abstenido.
El lituano Vytenis Andriukaitis, comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, ha celebrado esta mañana el resultado de la votación. «La salud de las abejas sigue siendo de vital importancia para mí, dado que está relacionada con la biodiversidad, con la producción de alimentos y con el medio ambiente», ha declarado. Las abejas, que transportan el polen desde las partes masculinas de una flor hasta las partes femeninas, son esenciales en cultivos como la alfalfa, las almendras, los pepinos y las fresas.
El uso de los tres insecticidas ya estaba restringido en la UE desde 2013 en aplicación del principio de precaución. Hace un año, el experimento en el campo más ambicioso hasta la fecha
mostró efectos negativos en las abejas. El estudio, financiado por los propios fabricantes de los pesticidas, investigó el impacto en la abeja de la
miel, el abejorro común y la abeja solitaria en 2.000 hectáreas de cultivos de colza de Hungría, Reino Unido y Alemania. En Hungría, el número de colonias de abejas descendió un 24% durante el invierno. En Reino Unido, entre un 67% y un 79%, aunque en zonas sin neonicotinoides también cayó un 58%. En Alemania, sin embargo, no se detectaron efectos negativos.
El imidacloprid, fabricado por Bayer, es uno de los insecticidas más empleados en el mundo. En 2010 se fabricaron
unas 20.000 toneladas de sustancia activa. En España, los insecticidas y acaricidas representan solo un 9,9% del total de pesticidas utilizados. La mayor parte son fungicidas, contra hongos nocivos, y herbicidas, contra malas hierbas.
En 2010 se fabricaron unas 20.000 toneladas de insecticidas como imidacloprid en todo el mundo
El ingeniero agrónomo Carlos Palomar, director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), cree que la decisión europea es “lamentable” y que no existen “alternativas viables” a los tres neonicotinoides. En todo el mundo, existen 9.000 especies de insectos y ácaros que atacan los cultivos, con graves impactos en las cosechas.
“Quizá no ahora, pero al tiempo se verá el impacto de eliminar herramientas tan valiosas”, opina. La organización ecologista Greenpeace, en cambio, ha calificado la decisión de «
muy buenas noticias para el medio ambiente».
La decisión de los 28 países miembros —a propuesta de la Comisión Europea— significa la prohibición total de estos insecticidas en cultivos como los frutales, la remolacha y las hortalizas al aire libre, pero se podrán seguir utilizando en invernaderos. La Comisión afirma que adoptará la nueva regulación en las próximas semanas.