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Apicultura Cubana: Un Viaje Fascinante al Corazón de la Miel

Descubre los Secretos Apícolas de Cuba

apicultura cubana
Apicultura cubana

Un Vuelo por la Historia Apícola Cubana

La apicultura llegó a Cuba entre 1763 y 1764 tras la devolución de La Habana a los españoles. Se dice que un obispo español1 trajo las primeras abejas a la isla. Desde entonces ha florecido, convirtiendo a Cuba en el primer país del continente en desarrollar esta industria y en publicar literatura al respecto.

En 1904 se introdujo la abeja italiana (Apis mellifera ligustica Spinola), que se cruzó con las abejas ya existentes. Con el tiempo, se introdujeron otras razas como la A. mellifera caucasica Pollmann. Además de la abeja europea, en Cuba cohabitan abejas nativas sin aguijón, como la Melipona beecheii Bennett, conocida como «abeja de la tierra», cuya crianza se denomina meliponicultura.

A lo largo del siglo XX, especialmente a partir de la segunda mitad y con el impulso del gobierno, la apicultura cubana experimentó un gran desarrollo, alcanzando récords de producción en los años 80.

La Miel Cubana en la Actualidad (2025)

La miel cubana es reconocida internacionalmente por su alta calidad, especialmente la orgánica. A pesar de su prestigio, la situación actual presenta un panorama complejo:

  • Exportación vs. Consumo Interno: Una gran parte de la miel producida en Cuba, se estima que alrededor del 90%, se destina a la exportación para generar divisas. Esto ocurre en un contexto de severa crisis alimentaria interna, lo que significa que la población cubana tiene dificultades para acceder a este producto básico en los mercados locales. La miel y otros productos apícolas son un rubro exportable clave, con mercados tradicionales en Europa y un creciente interés en China.
  • Producción fluctuante: Si bien en 2021 se registró un récord de producción de 10.500 toneladas, impulsado por condiciones climáticas favorables, la producción actual puede verse afectada. Provincias como Camagüey se esfuerzan por aumentar sus aportes, mientras que en otras, como Sancti Spíritus, se ha reportado una caída significativa en la producción.

Desafíos que Enfrenta la Apicultura Cubana

La apicultura cubana se enfrenta a múltiples obstáculos, lo que hace que su labor sea, a menudo, una verdadera miel amarga.

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  • Cambio Climático y Sequía: Las sequías prolongadas y los desajustes en los calendarios de floración impactan directamente en la disponibilidad de néctar y, por ende, en la producción de miel.
  • Falta de Insumos y Recursos: La carencia de materiales esenciales para las colmenas, equipos, y la dificultad para reponer el parque apícola son barreras importantes para el crecimiento.
  • Crisis Energética y de Combustible: La escasez de electricidad afecta la fabricación y reparación de equipos, mientras que la falta de combustible limita la trashumancia, es decir, el traslado de las colmenas a zonas con mayor floración. Esto reduce drásticamente las posibilidades de una buena cosecha.
  • Enfermedades y Plagas: La Varroa destructor sigue siendo un desafío constante, aunque en Cuba se han implementado estrategias para combatirla sin recurrir a productos químicos en las colmenas.
  • Limitaciones Logísticas: El transporte y el aseguramiento de los productos apícolas son cuellos de botella en la cadena de valor, limitando la capacidad productiva.

Oportunidades para Endulzar el Futuro

A pesar de los retos, el sector apícola cubano cuenta con oportunidades para un desarrollo más dulce:

  • Diversificación de Productos: Más allá de la miel, hay un gran potencial en la producción de propóleos, polen, jalea real y veneno de abeja. Esto podría añadir valor bruto y generar más ingresos.
  • Aumento del Valor Agregado: Explorar la certificación de comercio justo para la miel ecológica podría generar diferenciales positivos en los mercados internacionales.
  • Mercado Turístico: Las ventas al turismo representan una oportunidad para colocar la miel envasada y otras mezclas apícolas, satisfaciendo una demanda que podría absorber toda la oferta cubana envasada.
  • Capacitación y Colaboración: El fomento de foros y la colaboración entre apicultores e instituciones pueden impulsar la investigación y la adopción de nuevas técnicas.
  • Apuesta por la Sostenibilidad: La apicultura cubana busca ser una actividad económica y ambientalmente sustentable, aprovechando el papel de las abejas como polinizadoras en la agroecología y como indicadoras de la calidad ambiental.

En resumen, la apicultura en Cuba es una actividad de gran valor, con una herencia histórica importante y un futuro prometedor, siempre que se logre sortear los actuales obstáculos logísticos y económicos. La «abeja obrera» cubana, con su labor incansable, sigue siendo una pieza clave en el entramado productivo de la isla.

[1] Investigando sobre los obispos en Cuba en ese periodo entre 1763 y 1764, el obispo que estuvo al frente de la diócesis de Cuba (que en aquél entonces abarcaba gran parte de la isla, con sede en Santiago de Cuba, antes de la creación de la diócesis de La Habana) fue Pedro Agustín Morell de Santa Cruz y de Lora. Nacido en Santiago de los Caballeros, La Española, en 1694, Morell de Santa Cruz fue obispo de León (Nicaragua) entre 1749 y 1753, y posteriormente obispo de Cuba desde 1754 hasta su fallecimiento en La Habana el 29 de diciembre de 1768.

Es importante destacar que su episcopado coincidió con la toma de La Habana por los británicos en 1762 y su posterior devolución a España en 1763. De hecho, hay registros de su detención y expulsión de La Habana por parte del gobernador inglés debido a tensiones y choques de personalidad. Tras la devolución de la ciudad, regresó a su cargo.

Por lo tanto, si la apicultura fue introducida o reintroducida por un obispo español tras la devolución de La Habana en 1763, Pedro Agustín Morell de Santa Cruz y de Lora sería la figura más probable.