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Apiarios Urbanos

Colombia promueve apiarios urbanos

Alternativa para el equilibrio del planeta

 

apiarios urbanos
la apiarios urbanos también conquista nueva york

 

Promoción de la apicultura en la ciudad

 

Apicultores en Colombia están promoviendo la apiarios urbanos, su cuidado, y fomentan el cultivo de abejas saludables en colmenas instaladas en apiarios urbanos en las terrazas de las viviendas en las grandes ciudades. Una alternativa que dicen puede ayudar a prolongar la vida de otras especies, entre ellas la de los humanos.

Preocupante Disminución

 

En los últimos años a las abejas se les viene denominando como el ser vivo más importante de la Tierra ya que de acuerdo a estudios recientes existe una alarmante disminución de su población en todos los continentes y con su desaparición el ser humano también se extinguiría en pocos años.

Que fabrican miel y que su picadura es muy dolorosa es lo que saben la mayoría de personas sobre las abejas, pero pocas saben que de su supervivencia depende también el equilibrio de las demás especies en el planeta.

 

 

Polinizadores

 

En entrevista con Xinhua, el apicultor colombiano Fabio Ruiz Arbeláez subrayó la importancia de proteger a los mayores agentes polinizadores de la Tierra, estos insectos laboriosos y sociales que son los encargados de permitir la fecundación de la tercera parte de las plantas productoras de nuestros alimentos.

 

Se calcula que un 84 por ciento de los cultivos para consumo humano dependen de la polinización de los insectos, en especial de las diferentes especies de abejas. Sin embargo ha sido solo hace unos tres años cuando el humano ha mostrado una verdadera preocupación por el alto riesgo de extinción de este insecto amante de las flores, explicó Ruiz.

 

«Las abejas polinizan más del 80 por ciento de lo que nosotros nos comemos (…) Hay lugares, sobre todo en Asia donde cierto tipo de producciones dependen un 100 por cien de la polinización de la abeja y al no haber abejas se tiene que hacer la polinización de forma manual, entonces este es un servicio que las abejas nos prestan gratis», detalló.

 

Cambio Climático

 

El cambio climático acompañado del mal uso de los pesticidas en los cultivos cada vez más extensos, además de la superpoblación humana, han sido los factores determinantes en la disminución de la población de las abejas, tanto salvajes como sociales y países como Colombia se han visto particularmente afectados debido a la carencia de la divulgación de los estudios científicos que explican la importancia de proteger a las abejas, aunque sea mediante la instalación de apiarios urbanos.

De acuerdo al Colectivo Abejas Vivas, una asociación colombiana de apicultores, cifras del mes de julio de 2017 muestran que durante los últimos tres años se han ejecutado, en el país por envenenamiento masivo con agrotóxicos, un 34 por ciento del total de colmenas reportadas.

 

Esto significa que de 46.186 colmenas 15.677 fueron masacradas por el uso descontrolado de pesticidas en cultivos aledaños a los apiarios, afectando, además del equilibrio en los ciclos naturales de fertilización, a miles de familias que viven del oficio de la apiarios.

 

Muerte por Sobredosis

 

Uno de los problemas, según el especialista, es que «el agricultor no sigue la recomendación del agrónomo o del frasco» de pesticidas, explicando que generalmente utilizan dosis mucho más altas de lo necesario y «lo potencian con tres venenos más».

«Cuando el veneno es muy fuerte la abeja va, visita la flor, consume ese néctar y muere en el campo o si el veneno no está tan fuerte lo lleva a la colmena, comunica a las otras abejas dónde está la fuente de alimento, van, recogen y se envenena toda la colmena. Uno llega y destapa y lo que ve son todas las abejas muertas», comentó el especialista.

Repoblando

 

Los apicultores colombianos resaltan la importancia de difundir información acertada acerca de prácticas con apiarios urbanos que permitan el crecimiento de la población de las abejas en el país.

Entre estas está la apiarios urbanos, consistente en la instalación segura de colmenas en lugares como terrazas, balcones o lugares aptos para su adecuado control. Para estas colmenas recomiendan el uso de especies mansas como la apis melífera o abeja europea cuyo grado de agresividad es mucho menor que el de la abeja africanizada.

 

La preocupación de este gremio por fomentar el incremento de las poblaciones ha estado ligado a una inexistencia de planes gubernamentales que los proteja como gremio y que eduque a los cultivadores agropecuarios en el adecuado uso de los agrotóxicos que son la amenaza más grande para la supervivencia de las abejas.

 

«Cuando nosotros empezamos acá en Zipaquirá (zona rural), las colmenas estaban muy fuertes, manejábamos colmenas de dos alzas o de alza y media bien pobladas. Ahora es un solo cajón y las poblaciones son muy bajitas. Si hacemos un comparativo con la apiarios urbanos, por ejemplo en Bogotá donde dicen que la contaminación está muy alta, y las abejas son un indicador de polución, allá las colmenas siempre están fuertes, siempre tienen comida y las poblaciones son más altas», explicó Ruíz.

 

Agregó que en los últimos diez años el uso de agroquímicos y la deforestación en la zona rural de Colombia para desarrollar el negocio de la ganadería o los monocultivos de productos como la papa han contribuido a la preocupante disminución en la población de abejas y otros polinizadores en lugares donde antes abundaban.

 

Aseguran los apicultores que es de vital importancia desestigmatizar a estos insectos y demostrar que es posible una convivencia tranquila con esta especie que además de permitir la polinización son productores de la miel, la jalea real, la cera y el polen, que bien explotados pueden ser fuente de ingresos para las familias y ayudan promover el emprendimiento de micro y medianas empresas.

 

«Lo primero sería en el campo, la gente que tenga la posibilidad de cultivar abejas o de conseguir un apicultor que pueda trabajar allí, que se den cuenta que las abejas son muy importantes, entonces empecemos por el campo, saber utilizar los agroquímicos o buscar una alternativa más amigable con el medio ambiente», detalló el experto.

 

Mientras que en las ciudades aconsejó que «cuando llegue un enjambre a alguna casa, a un poste o a un arbolito no las maten sino que llamen a los bomberos o a algún apicultor de la zona», recomendó Ruiz.

 

Recientes estudios han demostrado que la contaminación de las colmenas se presenta en todos los continentes del planeta, con mayores índices de presencia de pesticidas en la miel de Europa y de Estados Unidos.

 

Frente a la significativa disminución de las abejas en algunos lugares del mundo se ha tenido que recurrir a la polinización manual y científicos ya han comenzado a desarrollar las abejas robóticas para que en el futuro ayuden en el proceso de polinización.

 

El colectivo Abejas Vivas ha advertido que en los últimos cuatro años el gremio apicultor colombiano ha sufrido pérdidas superiores a los siete millones de dólares afectando a cerca de 15.000 personas que hoy trabajan en el sector de la apicultura, especialmente en las regiones andina y caribeña que son las que cuentan con más apiarios en el país.

 

La producción de alimentos como el café, el aguacate, el kiwi, la ahuyama, el melón, pepino, el tomate, la berenjena, el calabazo, los cítricos, las nueces y las semillas de girasol, entre muchos otros, se verían gravemente afectados si no se revierte la tendencia de desaparición de las abejas en Colombia.

 

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